Con Aitziber he aprendido que para ayudar de corazón a los demás, primero me tengo que cuidar a mí. He conectado con mis necesidades y he aprendido a ponerme límites en el esfuerzo que hago por complacer a los demás.
Con Aitziber he aprendido que para ayudar de corazón a los demás, primero me tengo que cuidar a mí. He conectado con mis necesidades y he aprendido a ponerme límites en el esfuerzo que hago por complacer a los demás.