«…buscar la verdad significa cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza.»
Claudio Naranjo
Aunque me haya formado en diferentes corrientes de la psicología mi forma de trabajar es esencialmente gestaltista.
La Terapia Gestalt surge dentro de la corriente de la psicología humanista en los años 50 del siglo pasado de la mano de Fritz Perls, un psiquiatra disidente del tronco psicoanalítico que desarrolla una manera nueva de trabajar la relación de ayuda.
La finalidad de la terapia Gestalt es que el paciente aprenda a ser quien es. El paciente que desea cambiar desea lo menos posible de él mismo, y entonces evita, miente, simula, etc. Y, sin embargo, eventualmente aprenderá, por medio de la simple experiencia de ser, que no necesita buscar ser lo que no es.
La terapia Gestalt es única entre las principales escuelas de psicoterapia debido al grado en que es un sistema construido más bien sobre el entendimiento intuitivo que sobre la teoría. Esto significa que no reemplaza un fundamento directo de la práctica, sustentado en la intuición o el entendimiento vivo, por una fundamentación basada en suposiciones teóricas. Esto no significa que la terapia Gestalt no tenga una filosofía implícita, pero se le da más valor a la acción que a las palabras, a la experiencia más que a los pensamientos, al proceso vivo de la interacción terapéutica y cambio interno resultado de ella más que a las creencias influyentes.
La terapia Gestalt se sustenta en tres principios: el presente, la consciencia y la responsabilidad. En este sentido, el terapeuta Gestalt desea que el paciente esté presente, esté consciente y sea responsable de sí mismo. Ya que Ser uno mismo significa estar aquí y ahora, estar consciente y ser responsables – es decir, estar detrás de las propias acciones y sentimientos.
Abajo presento los nueve preceptos de la filosofía de la terapia Gestalt. Iremos encarnándolos según la terapia vaya dando sus frutos:
- Vive ahora, es decir, preocúpate del presente más que del pasado o el futuro.
- Vive aquí , es decir, relaciónate más con lo que hay que con lo ausente.
- Deja de imaginar, experimenta lo real.
- Abandona los pensamientos innecesarios, más bien siente y observa.
- Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
- Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer, no restrinjas tu percatarte.
- No aceptes ningún otro debería o tendría más que el tuyo propio.
- Responsabilízate plenamente de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
- Acepta ser como eres.